La juventud mexicana enfrenta una serie de desafíos sociales y económicos, según advierte el coordinador del Seminario de Investigación en Juventud de la UNAM, José Antonio Pérez Islas.
A pesar de la potencial ventaja demográfica que representa la abundante población joven en el país, se constata que las instituciones no han proporcionado las herramientas necesarias para asegurar una vida digna a los jóvenes.
Los índices de desocupación entre esta población duplican las tasas de desempleo generales, empujando a muchos jóvenes, especialmente aquellos de comunidades marginales, a buscar empleos en sectores informales o, en casos extremos, a involucrarse en actividades delictivas.