A pesar de la unidad que ha generado la guerra en Ucrania, el Brexit ha dejado a Europa aún más fragmentada. Alemania y Francia atraviesan periodos de fragilidad política, mientras que los partidos populistas de extrema derecha ganan terreno en varios países del continente.
Es claro al afirmar que Europa necesita una mayor integración, especialmente en áreas clave como la defensa y la política energética. La falta de una estructura militar común y una industria de defensa unificada deja a Europa vulnerable, incluso con un gasto militar colectivo que supera al de China. Sin embargo, este gasto está fragmentado, con cada país operando de manera independiente. “Si Europa no se une, perderá su influencia global y con ella, su nivel de vida”, advierte.
El papel de Trump y los desafíos económicos
En cuanto a las relaciones transatlánticas, Dezcallar también aborda las tensiones que podrían surgir si Donald Trump regresa a la Casa Blanca. El ex presidente estadounidense ha amenazado con imponer aranceles a las industrias europeas, lo que afectaría gravemente la economía del continente. Además, Trump ha demostrado una postura escéptica frente a la lucha contra el cambio climático, lo que podría poner a Europa en desventaja frente a Estados Unidos en el comercio internacional, dado que Europa tendrá que afrontar mayores costos por sus políticas medioambientales.
“Trump no cree en la Unión Europea como tal, solo en los países individuales. Y si se retira de la OTAN o reduce su apoyo militar, Europa se quedará sin protección frente a Rusia y otras amenazas”, advierte Dezcallar. Esto podría dejar a Europa completamente desprotegida en un momento de creciente inestabilidad global.
El futuro de Europa: más integración o declive
El ex embajador español concluye que la única forma de evitar la decadencia de Europa es una integración más profunda. “Europa necesita invertir en su industria y en su defensa. Es necesario tomar decisiones valientes y rápidas”, subraya. Con la llegada de Trump al poder, Dezcallar ve una oportunidad para que Europa se una y dé un salto hacia adelante, tanto en términos económicos como geopolíticos.
El futuro de Europa, asegura, dependerá de su capacidad para adaptarse a un mundo en constante cambio. Si no se integra más, perderá influencia y, con ella, su bienestar y su relevancia en la escena global.