Ante el rechazo que tuvo el Congreso de los Diputados hacia la convalidación de la ley que ampliaba las ayudas del Gobierno para los descuentos en el transporte público hasta el próximo 30 de junio, varias comunidades autónomas han decidido seguir aplicando, al menos por el momento, las bonificaciones que han estado vigentes desde 2022.
La Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana, Cataluña y el País Vasco, han anunciado que seguirán aplicando descuentos en el transporte público, evitando así un duro golpe al bolsillo de los ciudadanos.
Desde septiembre de 2022, el Gobierno central había subvencionado un descuento del 30% en el transporte público para aquellas comunidades autónomas y entidades locales dispuestas a asumir las bonificaciones y complementar los descuentos. Esta medida fue diseñada con el objetivo de reducir, al menos a la mitad, el precio de los servicios de transporte terrestre de su competencia, llegando en algunos casos a la gratuidad total.
En Madrid, el gobierno regional ha confirmado que mantendrá, al menos de momento, el descuento del 60% vigente en los abonos de transporte público de la capital y sus alrededores. De esta manera, los madrileños seguirán disfrutando de precios reducidos, a pesar del revés legislativo a nivel nacional.
En la Comunidad Valenciana, el ejecutivo regional también continuará con las bonificaciones hasta el 31 de enero, mientras la Generalitat estudia la viabilidad de seguir financiando la medida más allá de esa fecha.
Por su parte, las Autoridades de Transporte Metropolitano de Barcelona (ATM) han decidido mantener las tarifas con descuento en el transporte público hasta recibir una notificación formal del cambio de políticas. El sistema de transporte de la ciudad seguirá ofreciendo precios reducidos mientras se resuelve la situación legal.
En el País Vasco, se prevé la continuidad del descuento del 50% en los precios del transporte público. Actualmente, este descuento está financiado en un 30% por el Gobierno central, un 10% por el Gobierno vasco, y el 10% restante por las diputaciones y los ayuntamientos.
Las decisiones adoptadas por estas comunidades autónomas contrarrestan el rechazo del Congreso, que ha dejado en el aire las ayudas estatales que, en algunos casos, permitían la gratuidad del servicio. Con el fin de estas bonificaciones, muchas de las comunidades autónomas se ven ahora en la disyuntiva de cómo financiar los descuentos, aunque algunas ya han avanzado que los mantendrán, por ahora, para evitar un encarecimiento significativo de los transportes públicos, con el impacto que ello tendría en los ciudadanos.
Así, el futuro de las tarifas del transporte público dependerá de las decisiones locales y regionales, que deberán encontrar formas de sostener las bonificaciones ante la falta de apoyo a nivel nacional.